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Las ballenas, majestuosos gigantes del océano, son mamíferos marinos pertenecientes al orden de los Cetáceos, uno de los grupos más impresionantes y carismáticos que se conocen.

Se dividen en dos grandes grupos: las ballenas barbadas (Misticetos) y las ballenas dentadas (Odontocetos), cada una con adaptaciones sorprendentes. Las ballenas barbadas, como las imponentes ballenas azules (Balaenoptera musculus) o las acróbatas ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), filtran toneladas de krill, peces pequeños y otros organismos con sus delicadas barbas de queratina. Por otro lado, las ballenas dentadas, como el poderoso cachalote (Physeter macrocephalus), son cazadores extraordinarios, capaces de sumergirse a profundidades abisales en busca de presas como los calamares gigantes.

Pero más allá de su impresionante biología, las ballenas juegan un papel crucial en los ecosistemas marinos, actuando como ingenieros del océano. Sus migraciones y excreciones enriquecen las aguas, estimulando la productividad primaria que sustenta las redes tróficas marinas. Su presencia beneficia incluso a las especies más pequeñas, ayudando a mantener el equilibrio en los océanos. Aprender sobre ellas no solo fortalece nuestra conexión con la vida marina, sino que también es fundamental para desarrollar estrategias de conservación para protegerlas y garantizar su bienestar. Protegiendo a las ballenas, protegemos el corazón mismo de los océanos.